Consiste en el tratamiento conservador de múltiples patologías del pie provocadas por varios factores como hábitos inadecuados, presión del calzado, marcha no fisiológica, enfermedades sistémicas…
Entre las más frecuentes se encuentran hiperqueratosis y helomas (durezas y callos), uñas encarnadas, infecciones por hongos (dermatomicosis y onicomicosis), virus o bacterias, alteraciones de la sudoración.
Destacar la importancia de estos cuidados en personas de alto riesgo como ancianos, diabéticos, problemas circulatorios.
Se realiza una historia clínica completa con los antecedentes médicos y podológicos del paciente, con el fin de dar un servicio seguro a nuestros pacientes, cumpliéndo la ley vigente de protección de datos.
Es imprescindible asegurarnos siempre que el instrumental utilizado para cada paciente se encuentre debidamente esterilizado, con el fin de prevenir el contagio de múltiples enfermedades.
